25 oct 2009

La violencia en el fútbol, una triste realidad

La violencia en el mundo del deporte ha tenido tanta importancia que incluso ha existido la "guerra del futbol", nombre que le dio el maestro Ryszard Kapuscinski al enfrentamiento entre Honduras y El Salvador que tuvo su detonante en los altercados producidos en el partido de fútbol que enfrentó a las dos selecciones. No todo el mundo consigue que una guerra lleve su nombre...

Pero sin llegar a la guerra, los conflictos en los estadios de fútbol han sido habituales en los últimos años, especialmente en las décadas de los 80 y los 90, cuando hubo varias víctimas en campos españoles. Pese a que parecía haber disminuido la violencia en los estadios de Primera, este verano ha reaparecido de manera muy clara en Londres y hace menos de un año veíamos como los radicales del Barça tiraban bengalas a la zona donde se encontraban los del Espanyol en un partido jugado en el Estadio Olímpico de Montjuïc. Estamos hablando de violencia en campos de Primera, si nos centramos en las categorías inferiores, las peleas, agresiones y demás actitudes incívicas están a la orden del día semana tras semana en los campos de Regional (especialmente sonado ha sido recientemente el caso de los jugadores del Rosario Central agredidos en Barcelona por los integrantes del Bada Bing) e incluso en las categorías inferiores.




Esto se aleja del ideal del fútbol, que sería el popular "pan y circo". Fútbol todos los domingos, para que hablen del partido jugado hasta el martes o el miércoles y el jueves ya empiecen a pensar en el de la semana siguiente. Y por si se diluye todo esto, añade los partidos de Champions, Copa del Rey, selecciones... ¡vaya a ser que a esta gente le de por pensar en otra cosa que no sea el fútbol y nos monten una revolución! Pero simplemente con la intención de entretener, en ningún momento teniendo en cuenta la violencia.Si todo eso quedara ahí, en ir a ver el fútbol, tomarse una cerveza con los amigos antes de entrar al campo y luego celebrar la victoria con la mujer en la cama no habría ningún problema. Pero sí lo hay, la violencia en los campos de fútbol existe, por desgracia.

Por suerte, son minoría. Pero ahí están. Afortunadamente, en los últimos años los clubes de futbol están haciendo todo lo posible para erradicarlos y cada vez son menos. Los Boixos Nois del Barça y los Brigadas Blanquiazules, por ejemplo, tienen prohibida la entrada al campo de su propio equipo. Pese a los impedimentos, aún existen, y si no pueden hacer sus gritos neonazis en el fondo sur los hacen en un bar cercano al estadio.



Y me doy cuenta de que he hablado mucho de fútbol y poco de deporte en general. La violencia en el fútbol es una cosa que estamos tratando como algo sorprendente y que hay que erradicar, pero hay deportes que tienen en la violencia su razón de ser. ¿O acaso tiene algún otro fin el boxeo? ¿Es eso un deporte? Quien me diga que sí supongo que también tendrá argumentos para decirme que el toreo es un arte.

Para acabar de profundizar en el tema de la violencia y el fútbol recomiendo la lectura del artículo de Jerónimo Andreu, "Ultras, morir matando", y el libro "Diario de un skin", de Antonio Salas.

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