21 dic 2009

Libertad y justicia, la extraña pareja

Verdad, libertad y justicia, interesantes y universales temas a los que Mikael Blomkvist se enfrenta, igual que lo hacemos el resto de mortales. Mientras que acerca de la verdad la mayoría nos ponemos de acuerdo en entenderla de la misma manera, el concepto de libertad y justicia dan para tantas interpretaciones como personas habitan la Tierra.

Libertad y justicia pueden llegar a ser conceptos complementarios o incluso contrapuestos. Es la historia de dos amantes que se necesitan el uno al otro. Una libertad total hace innecesaria la justicia. Pero la libertad tiene sus límites, y ahí entra en juego la justicia, que debe decidir cuáles son y marcarlos. De esta manera, la justicia se pone por encima de la libertad y le pide sumisión. Le da una parcela de libertad, pero le marca los márgenes y los límites que no puede superar. Pese a ello, la libertad debe rebelarse contra la justicia e intentar buscar ampliar los límites o colarse por aquellos recovecos en los que la justicia aún no se ha pronunciado.



Entre libertad y justicia no anda suficientemente compleja la cosa para que encima aparezca la verdad. Y aquí vamos a meter en el juego a Lisbeth Salander. Sus métodos de hacker van totalmente por libre, dejando de lado la justicia. Quizás más que de lado, pasa por encima o por debajo. El objetivo de Salander no es ningún otro que conseguir la libertad, un concepto que ella antepone a la justicia y la libertad. Así es su ética hacker.

Nada tiene que ver el modus operandi de Lisbeth Salander con el Estado policial, cada día más presente en nuestras sociedades, no solo en la literatura. En ese caso es totalmente diferente a lo que defiende Salander. Los conceptos verdad, libertad y justicia quedan de lado. Aparece su verdad, su libertad y su justicia, con un Estado que decide donde empieza y donde acaba cada uno de los conceptos. No andaba tan lejos George Orwell.

8 dic 2009

La cárcel de cristal

El Gran Hermano de George Orwell es ya una realidad. El ojo que todo lo ve. Solo hay que pasearse por la plaza que lleva su nombre en el centro de Barcelona para darse cuenta de que lo que él vaticinó no era ninguna barbaridad.



 Con la videovigilancia ya asentada en nuestra sociedad, debemos plantearnos hasta dónde podemos permitir que invada nuestra intimidad. Es evidente que gracias a la existencia de cámaras de vídeo en la calle podemos evitar robos, tráfico de drogas y otros delitos comunes. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a vender nuestra intimidad a cambio de seguridad? Tenemos unos derechos, pero amparándose en una ley o en otra acabamos teniendo cámaras en el trabajo, debajo de casa y en el resto de la ciudad. Así, pueden grabar igual al que lleva a los niños al parque, al marido que besa a la amante en un oscuro rincón y al ladrón que va detrás del bolso de los guiris de turno. Y todos son cazados por igual en la cárcel de cristal en la que nos encontramos inmeresos.

De todos modos, que haya cámaras no implica directamente mayor seguridad. El número de cámaras de seguridad instaladas no está relacionado con el porcentaje de crímenes resueltos en Reino Unido; y aquí en España la instalación de videocámaras en la calle Montera de Madrid no ha hecho que las prostitutas busquen otro lugar, allí siguen, ante la mirada impasible de las cámaras. Quizás el Gran Hermano todavía esté lejos, aunque los medios ya existen. Y sino que se lo digan a Lisbeth...

15 nov 2009

Noomi Rapace no es como Lisbeth Salander

Noomi Rapace, la actriz que interpreta a Lisbeth Salander, se sale en el papel interpretado en la película y le han llovido los elogios, pero poco tiene que ver Rapace con Salander. ¿O acaso alguien se imagina que Salander podría ser hija de un cantaor de flamenco?

Noomi Rapace si que lo es, tal y como explica El País Semanal en su edición del 3 de mayo. Además, presenta a la actriz como una chica habladora, simpática, risueña... Si queréis saber las películas preferidas de la actriz, sus raíces españolas y lo que piensa de la personaje a la que interpreta, entre otras muchas cosas, no os perdáis el reportaje de El País.


9 nov 2009

Salander da que hablar

A raíz de la preparación del perfil de Lisbeth Salander que ofrecía hace unos días, estuve leyendo opiniones sobre Lisbeth Salander y quedé sorprendido por el gran número de cosas que se han dicho y todo lo que se ha teorizado alrededor de ella. Me gustaría dejar constancia de algunos puntos de vista que se reflejan en un artículo del diario Público:

Beatriz Preciado, filósofa: "Lisbeth, como una figura de la tragedia griega, es una megametáfora de la subversión cultural. Condensa signos de transgresión social, como su condición de hacker y su capacidad de venganza física frente a la agresión sexual, que han sido privilegio de la masculinidad". "Lisbeth representa la ruptura con la feminidad heterosexual normativa". "No es tan novedosa, ahí están Lara Croft, de Tomb Raider, las chicas vengadoras de Tarantino o la Tina Turner de Mad Max".

Eugenia Rico, escritora: "Es maltratada y violada, pero venga a las maltratadas y a las violadas. Puede ser víctima, pero no es pasiva". "Es un modelo femenino masculinizado, un poco andrógino y que, por ejemplo, ostenta el miedo al compromiso que siempre se ha considerado masculino. Creo que es también un cierto ideal femenino, un sueño erótico emparentado con la némesis griega". "Ha marcado tendencia. En la Feria del Libro de este año, he visto jovencitas vestidas exactamente como Lisbeth y creo que no es casual".

Lourdes Ventura, escritora: "Lisbeth tiene el coraje de levantarse de cada batacazo, lo que podría considerarse un nuevo modelo de mujer autoconsciente y capaz de empezar de cero una y otra vez. Salander puede representar el coraje de parte de las nuevas generaciones que crean sus propias normas al margen de lo establecido".

Clara Obligado, escritora: "Lisbeth es una mujer que ha sufrido mucho, pero que no muestra sus sentimientos. Eso es masoquismo. Es una mujer libre, pero sufriente, y eso no es muy moderno. De hecho, ¿cómo acaban madame Bovary y Anna Karenina? Muriendo. Son personajes tramposos, porque al final reproducen los estereotipos más básicos y arcaizantes".



Por otro lado, si debo destacar un perfil bien hecho, me quedo con el de Pepe Ribas publicado en el Cultura|s de La Vanguardia y titulado La ética de Lisbeth. Un artículo que además va acompañado por la ilustración de Nazario, que muestra a su particular Lisbeth Salander.



Y no crean que aunque Millenium sea un best-seller que lee todo el mundo en el metro ha sido repudiado por todos los críticos. Grandes autores como Mario Vargas Llosa han caído rendido a los encantos de Lisbeth Salander. El pasado mes de septiembre, el autor peruano le dedicó una gran elegía en El País a la protagonista de la saga Millenium.

Como decía en el último post, todo el mundo cae rendido a los pies de la heroína Lisbeth Salander.

6 nov 2009

La heroína Salander

Mi imaginación de como sería Lisbeth Salander -ese personaje del que todo el mundo hablaba- la relacionaba físicamente con la chica de la portada del libro, una ilustración de Gino Rubert. Pero cuando fui al cine (sí, fui antes de leer el libro) se me rompieron todos los esquemas al ver a la actriz sueca Noomi Rapace.




Durante la lectura del libro, me venía a la cabeza continuamente la imagen de Noomi Rapace. Sus ojos, su delgadez y su baja estatura conformaban un cuerpo pequeño pero que a su vez alberga un universo interior enorme. Pese a que creo que la actriz está muy bien encontrada, a medida que he avanzado en la lectura me he creado mi propia Lisbeth Salander en el imaginario.

Cualquiera lo diría a simple vista, pero Pippi Langstrum es la base y el antecedente más directo de Salander. La popular peliroja creada por la escritora, tambien sueca, Astrid Lindgrem tiene muchas similitudes con la chica creada por Stieg Larsson: ni Pippi ni Salander tienen padres; las dos son poco convencionales y tienen un punto de rebeldía que es clave en la definición de los personajes; y ambas viven aisladas de la sociedad "normal", ya sea porque una vive en el medio del campo y la otra porque pese a vivir en la ciudad va totalmente a su aire.



De Lisbeth Salander me atrae especialmente su trabajo y su papel de hacker. Wasp se hace llamar y nos muestra a una chica hábil con los ordenadores y las nuevas tecnologías, con una memoria fotográfica increíble y a la que no se le resiste nada en la Red. Estoy seguro de que si Lisbeth fuera española habría suscrito el Manifiesto. Pese a mi punto un poco freak que admira esa parte de ella, reconozco que si me la encontrara por la calle de noche, con esos piercings, ese estilo gótico y esa mirada, me intimidaría.

La mayoría de gente ha quedado cautivada por su personalidad. Una manera de ser especialmente particular, fría, introvertida pero con un mundo interior muy complejo y con un pasado por descubrir. Si alguien era reticente a la chica, Nil Bjurman hace el trabajo sucio y consigue que todo lector con un mínimo de corazón sienta el dolor con ella, la sed de venganza. Y a partir de ahí, las páginas pasan y el lector cae rendido a los "encantos" de Lisbeth Salander.



La peculiar chica se ha convertido en la auténtica protagonista de la trilogía Millenium y es la más querida por los lectores. La posible razón sea que hay mayoría de lectoras femeninas, y Salander es el arquetipo de mujer feminista e irreverente. De hecho, pese a su imagen fría es especialmente entrañable. En mi caso, de todos modos, me siento más cercano a Mikael Blomkvist. El hecho de que fuera un periodista comprometido ya me hizo cogerle cariño desde el primer capítulo. Pese a ello, si Stieg Larsson quería que el periodista fuera el héroe no consiguió su propósito. La auténtica heroína de Millenium es Lisbeth Salander. Heroína o incluso reina.

1 nov 2009

La violencia no es buena: el caso del Potro de Vallecas

Decía la última vez que escribí en el blog que la violencia en el futbol es una triste realidad, pero lamentaba todavía más la existencia de deportes que tiene como razón de ser la violencia. El caso más claro es el boxeo. Igual que ahora se discute si se deben prohibir los toros o no, El País, TVE y otros medios de comunicación vetaron al boxeo hace ya muchos años.




Y si tuviera que decirle a mi hijo que no se hiciera boxeador, le pondría un caso: el potro de Vallecas. Policarpo Díaz Arévalo, más conocido como Poli Díaz o su popular apodo, el potro de Vallecas. Boxeador del barrio del que paseó su nombre por todo el mundo, fue 8 veces campeón de Europa de pesos ligeros, pero su adicción a las drogas y la mala vida acabaron con su carrera. Tuvo hasta un videojuego que llevaba su nombre y reapareció unos años después, para realizar una película porno. Quizás los repetidos golpes en la cabeza durante los combates de boxeo tuvieron sus consecuencias.



Lo pasó muy mal Poli Díaz, y lo reconoce. Es un ejemplo de los efectos del boxeo, pero a la vez, un ejemplo de reinserción y recuperación. Recomendable la lectura del reportaje que publicó Marca sobre la vida actual del boxeador y la entrevista que le realizaron en Soitu.

Que existen boxeadores sanos, no lo pongo en duda. Igual que existen ciclistas que no se dopan, pero unos crean la fama y el resto la sufren. De todos modos, no tiene que ser muy sano recibir palizas en el cuerpo de manera continuada. Eso es violencia sistemática, y no puede ser buena.

25 oct 2009

La violencia en el fútbol, una triste realidad

La violencia en el mundo del deporte ha tenido tanta importancia que incluso ha existido la "guerra del futbol", nombre que le dio el maestro Ryszard Kapuscinski al enfrentamiento entre Honduras y El Salvador que tuvo su detonante en los altercados producidos en el partido de fútbol que enfrentó a las dos selecciones. No todo el mundo consigue que una guerra lleve su nombre...

Pero sin llegar a la guerra, los conflictos en los estadios de fútbol han sido habituales en los últimos años, especialmente en las décadas de los 80 y los 90, cuando hubo varias víctimas en campos españoles. Pese a que parecía haber disminuido la violencia en los estadios de Primera, este verano ha reaparecido de manera muy clara en Londres y hace menos de un año veíamos como los radicales del Barça tiraban bengalas a la zona donde se encontraban los del Espanyol en un partido jugado en el Estadio Olímpico de Montjuïc. Estamos hablando de violencia en campos de Primera, si nos centramos en las categorías inferiores, las peleas, agresiones y demás actitudes incívicas están a la orden del día semana tras semana en los campos de Regional (especialmente sonado ha sido recientemente el caso de los jugadores del Rosario Central agredidos en Barcelona por los integrantes del Bada Bing) e incluso en las categorías inferiores.




Esto se aleja del ideal del fútbol, que sería el popular "pan y circo". Fútbol todos los domingos, para que hablen del partido jugado hasta el martes o el miércoles y el jueves ya empiecen a pensar en el de la semana siguiente. Y por si se diluye todo esto, añade los partidos de Champions, Copa del Rey, selecciones... ¡vaya a ser que a esta gente le de por pensar en otra cosa que no sea el fútbol y nos monten una revolución! Pero simplemente con la intención de entretener, en ningún momento teniendo en cuenta la violencia.Si todo eso quedara ahí, en ir a ver el fútbol, tomarse una cerveza con los amigos antes de entrar al campo y luego celebrar la victoria con la mujer en la cama no habría ningún problema. Pero sí lo hay, la violencia en los campos de fútbol existe, por desgracia.

Por suerte, son minoría. Pero ahí están. Afortunadamente, en los últimos años los clubes de futbol están haciendo todo lo posible para erradicarlos y cada vez son menos. Los Boixos Nois del Barça y los Brigadas Blanquiazules, por ejemplo, tienen prohibida la entrada al campo de su propio equipo. Pese a los impedimentos, aún existen, y si no pueden hacer sus gritos neonazis en el fondo sur los hacen en un bar cercano al estadio.



Y me doy cuenta de que he hablado mucho de fútbol y poco de deporte en general. La violencia en el fútbol es una cosa que estamos tratando como algo sorprendente y que hay que erradicar, pero hay deportes que tienen en la violencia su razón de ser. ¿O acaso tiene algún otro fin el boxeo? ¿Es eso un deporte? Quien me diga que sí supongo que también tendrá argumentos para decirme que el toreo es un arte.

Para acabar de profundizar en el tema de la violencia y el fútbol recomiendo la lectura del artículo de Jerónimo Andreu, "Ultras, morir matando", y el libro "Diario de un skin", de Antonio Salas.

19 oct 2009

Música contra la violencia

Después de publicar el post de ayer, me vino a la mente una canción que refleja perfectamente la problemática de la que hablamos. Se trata de la canción "Malo", de Bebe.





Bebe, una cantante que siempre se ha solidarizado con las mujeres y ha luchado contra la violencia de género. Por eso, además de "Malo", para completar este post musical podemos escuchar "Ella".

17 oct 2009

Si los medios hablan, habrá que hacer algo

La violencia de género es un tema que apareció hace unos años en los medios y que llegó para quedarse. Por suerte, no ha sido uno de esos temas que aparecen cíclicamente y llegan y se van haciendo mucho ruido pero pocas nueces. En los últimos años se le ha dado una gran visibilidad a la violencia de género y los medios -al menos, la mayoría de ellos- han adoptado las medidas necesarias para tratar el tema con rigurosidad, como el decálogo impulsado por Público. A la vez, intentan ayudar a las víctimas con algo tan sencillo como añadir el teléfono de información 016 en todas las noticias relacionadas con el maltrato.

Y si el profesor nos plantea la pregunta "¿Hay más violencia de género, se denuncia más o se rebelan más las mujeres contra la violencia estructural?", ¿porque me pongo yo a hablar de medios de comunicación?. No es que barra para casa, que también, sino porque considero que los medios han jugado un papel fundamental para poder responder a dicha pregunta.




La aparición de la violencia de género en la prensa, en la televisión y en el resto de medios ha significado el lanzamiento del tema a la opinión pública. Una realidad que llevaba muchos años escondida salió a la luz y, paso a paso, la sociedad cada vez se ha ido concienciando más de la lacra social que representa el maltrato. El maltrato ha pasado de estar encerrado en las cuatro paredes de cualquier casa a aparecer en la caja tonta y en las páginas de los periódicos. Como consecuencia, aumenta la violencia evidente (aquella que aparece en los medios y que se da a conocer) pero la violencia estructural desciende en términos efectivos. Además, los casos existentes son más denunciados ante la sensación de mayor comprensión y seguridad jurídica y social.

Que se hable de la violencia en los medios desemboca en que no sólo las mujeres se rebelan más contra la violencia estructural, sino que la sociedad en general se vuelca en contra de esta desgracia. Y ésta es una gran noticia. Si los medios hablan, habrá que hacer algo piensan el resto de medios, los partidos políticos, las entidades, organizaciones gubernamentales... y en temas así de complejos solo con el trabajo de todos se pueden conseguir resultados.




Es interesante consultar los datos estadísticos (estadísticas de septiembre 2009) que ofrece el Ministerio de Igualdad, el ministerio de más reciente creación y a la vez el más puesto en entredicho. Posiblemente la mejor opción sería encauzar estas políticas dentro de ministerios más grandes y experimentados en políticas sociales. Hablar de igualdad me parece ridículo. ¿Acaso somos iguales hombres y mujeres? ¿Por qué no aceptamos que somos diferentes y convivimos tal y como somos? Con las mismas oportunidades, con los mismos derechos y deberes, obviamente. De todos modos, quizás es cierto que no debería existir dicho ministerio, pero tampoco debería existir la violencia de género y aquí estamos. El gasto en intentar erradicar la violencia de género nunca será suficiente. De hecho, hasta el día de hoy han muerto 43 mujeres asesinadas en España este año. Hay que continuar trabajando para rebajar esa cifra.

11 oct 2009

Justicia eres tú

Empezamos el blog del seminario hablando de la moral, uno de esos temas que se pueden ver desde tantos puntos de vista que da vértigo. Para situarnos, el punto de partida es la venganza que Lisbeth Salander realiza sobre su tutor en el primer libro de la trilogía, una de las escenas inolvidables de la adaptación cinematográfica del libro. Y no diremos nada más, por si algún despistado aún no ha empezado con la lectura del libro y tampoco ha visto la película.



El caso de Lisbeth Salander es uno de aquellos que de salir a la luz y ser real indignarían a la sociedad. Y no es para menos. Pero Salander prefiere callarse y hacer lo que popularmente llamamos como "tomarse la justicia por su mano". Algo más habitual de lo que nos puede parecer. Me aventuraría a asegurar que este tipo de actitudes se producen sobretodo por una falta de educación, una falta de saber vivir en sociedad, algo que desde el poder se intenta controlar en el sistema educativo con asignaturas como Educación para la ciudadanía. Pero en la sociedad actual, especialmente en los barrios y zonas marginales, el "ojo por ojo, diente por diente" es más habitual que confiar en un juez. Y pensándolo fríamente, no es para menos; la justicia de nuestro país se pone continuamente en entredicho, desde resoluciones políticas como la del Estatut hasta los juicios más cotidianos del día a día.

Nils Bjurman, el nuevo tutor de Salander tras la muerte del antiguo tutor pero que realmente era como su padre, no tiene nada que ver con su predecesor. Bjurman se convierte en un chantajista que sólo ofrece el dinero que a Salander le corresponde a cambio de violarla con violencia. Y Salander aguanta y traga. No acude a la policía, sino que busca la venganza por sus propios medios (pueden leer un fragmento para hacerse una idea). Y vaya si la consigue. Pero aquí entra en juego el quid de la cuestión: ¿es moral tomarse la justicia por su mano?




La moral es algo dónde nosotros mismos nos marcamos los límites. El problema viene en que realmente no somos nosotros quienes decidimos si una cosa es moral o no, sino un juez, quien como en tantas otras cosas, se sitúa por encima del bien y el mal y dicta sentencia.Posiblemente si hubiese acudido a la policía en un primer momento no habrían creído a Salander con todo el historial que tiene detrás; pero si lo hubiera hecho con el vídeo la justicia habría actuado debidamente al tener las pruebas gráficas. Pese a ello, no hay que dudar que el juicio habría tardado años y, aunque arruinaría la carrera de Bjurman, la condena sería limitada. Por eso, la protagonista del libro decide saltarse los límites y actuar por sí misma dejando marcado al abusador y pagándole con la misma moneda.

Ella no confía en la justicia, y la justicia no confía en ella. Parafraseando a Bécquer, ¿qué es justicia? Justicia eres tú. Una relación similar a la que tienen la mayoría de capas marginales de nuestra sociedad, que deciden actuar por su propia cuenta y ajustar cuentas al margen de la ley. Solo que Lisbeth Salander es literatura; muchos otros casos no lo son. Y aquellos que creen en la justicia por convención social hablan de Salander como una heroína, como aquél personaje literario que lleva a la práctica lo que a muchos de nosotros nos gustaría hacer. Mientras tanto, aquí, en la vida real, continuamos intentando confiar en la justicia.

8 oct 2009

Bienvenidos a Desmontando Millenium

Aparece este nuevo espacio en Internet: un blog en el que se publicarán los textos escritos para la asignatura "Seminario de cuestiones de actualidad", que tiene como eje principal: "La trilogía Millenium de Stieg Larsson. Thriller, comunicación y sociedad".

A partir de este momento, el blog se irá actualizando dee manera regular opinando de alguno de los temas tratados en clase. En este seminario, impartido por José María Perceval, reflexionaremos alrededor de diversos temas a partir de la obra de Stieg Larsson. Desde este humilde lugar intentaré aportar alguna cosa a toda la literatura y artículos que se están escribiendo alrededor del best-seller por excelencia del año. De los libros ya se ha hablado mucho, así que intentaremos analizar la sociedad a partir del popular thriller, extrayendo temas relacionados. De momento, empezaré por abrir el primer libro y leerlo lo antes posible.